Peter Morris era amigo del primer propietario del club, Alan Sytner, quien modeló el club en el sótano de Le Caveau de la Huchette, un sitio de jazz que había visto en París.


Peter Morris (izquierda) y Alan Sytner.

Él recuerda cómo bebían en The Grapes en Mathew Street cuando se formó la idea: «Alan dijo: “Deberíamos tener un lugar como (Le Caveau). Me encantaría encontrar un lugar, como un sótano o algo así”. Salimos de la taberna y (uno de nosotros) dijo: “Oye Alan, ¿qué tal ese lugar?” Y había un letrero que decía «Sótano en venta, o lo dejamos». Al día siguiente nos reunimos de nuevo por una pinta a la hora del almuerzo y Alan dijo: “Ya tengo aquel lugar. Lo he comprado”.
La triste noticia.
Me he topado con una noticia que entristece a quienes somos fanáticos de The Beatles, porque algo icónico que recuerda los anales de ese grupo está a punto de cerrar. El artículo aparece en el sitio en línea de la revista Rolling Stone, escrito por Daniel Kreps, con el siguiente titular:
Liverpool’s Cavern Club ‘Could Close Forever’ Due to Covid-19 Impact
“The prospect of losing a national jewel like the Cavern is a horrible scenario for all concerned, be they Beatles fans, music lovers and above all those whose livelihoods depend on it,” mayor says (https://www.rollingstone.com/music/music-news/liverpool-cavern-club-close-forever-covid-19-impact-1045104/)
Es decir, que el club está a punto de ser cerrado por los efectos económicos que la pandemia que vivimos está ocasionándole. Esto es lo que nos informa el periodista:

The Cavern Club, el histórico lugar de Liverpool donde los Beatles tocaron casi 300 espectáculos —en nota personal, no del periodista, agrego que fueron 292 de acuerdo con Alex McKechnie— antes de la invasión británica, está en peligro de cerrarse permanentemente debido al coronavirus, advirtieron los propietarios de clubes y funcionarios del gobierno local este viernes.
El alcalde de Liverpool, Joe Anderson, dijoal Liverpool Echo que, a pesar de haberse permitido que las sedes del Reino Unido reabran con una asistencia reducida y directrices de distanciamiento social, Cavern «podría cerrar para siempre» si la oferta del club al Fondo de Recuperación Cultural del Gobierno se reduce.
«El hecho de que la mundialmente famosa Caverna pudiera cerrar para siempre debido a la pandemia de COVID-19 debería hacerle entender al Gobierno lo mucho que nuestra industria musical está en peligro. Este virus ha causado un dolor inimaginable, y está demostrando ser una amenaza existencial para nuestra escena cultural», dijo Anderson al periódico.
«El hecho de que la mundialmente famosa Caverna pudiera cerrar para siempre debido a la pandemia de COVID-19 debería hacerle entender al Gobierno lo mucho que nuestra industria musical está en peligro. Este virus ha causado un dolor inimaginable, y está demostrando ser una amenaza existencial para nuestra escena cultural», dijo Anderson al periódico.

«La perspectiva de perder una joya nacional como la Caverna es un escenario horrible para todos los interesados, ya sean fans de los Beatles, amantes de la música o, sobre todo, aquellos cuyos medios de vida dependen de ella».
Uno de los actuales directores del club, Bill Heckle, le dijo al Echo que el Cavern Club ha estado perdiendo 30.000 libras esterlinas (39.000 dólares) por semana desde el comienzo de la pandemia, y que el lugar recientemente dejó cesantes a 20 empleados, con más despidos por esperarse. «Hace unos años tomamos la decisión de guardar la mayor cantidad de dinero posible en el banco para un “día lluvioso”, sin darnos cuenta de que iba a ser una tormenta», dijo Heckle, y a su vez las reservas de efectivo del club han sido cortadas a la mitad por la pandemia.
«Somos una parte muy vibrante de la economía de Liverpool, por lo que estamos llegando a finales de agosto y reabriendo la Caverna durante una semana, virtualmente, y bandas de todo el mundo han enviado mensajes y grabaciones. Sabemos que no vamos a ganar dinero, se trata de recordarle a la gente que estamos aquí y el único objetivo es salir del otro lado. Estoy seguro de que lo haremos, pero se trata de la supervivencia».
El Cavern Club es uno de los innumerables lugares a ambos lados del Atlántico que enfrentan el cierre sin la ayuda de la intervención del gobierno; a principios de esta semana, la Ley de Reinicio y la Ley Save Our Stages —dos proyectos de ley estadounidenses impulsados por la National Independent Venue Association y la National Independent Talent Organization— se quedaron en el aire cuando el Congreso entró en receso sin un nuevo proyecto de ley de socorro contra el Covid-19.
Ícono de la cultura universal.
El caso no es para desdeñarlo, pues estamos hablando de algo que tiene una importancia cultural para la Humanidad, que tampoco tiene pequeña trascendencia. Por ejemplo, existen clubes tributo en Dallas, Buenos Aires, Wellington, Exeter, Costa Teguise en Lanzarote, y anteriormente los hubo en Tokio y Adelaida.
Un club de aspecto similar apareció en la secuencia de apertura de la película Across the Universe, en homenaje a los comienzos de The Beatles, aunque el nombre del club nunca fue mencionado. Las imágenes de esta escena fueron filmadas en The Cavern Club. Este club es el primer lugar que aparece en el videojuego The Beatles: Rock Band.

Suzi Quatro fue la última gran figura musical en actuar en The Cavern Club, lo cual hizo justo antes de su sencillo Can the Can de 1973, que permaneció en el No. 1 durante 14 semanas.

Paul McCartney hizo una visita sorpresa en 1968 con su entonces novia Linda Eastman, y tocó la batería con la banda Curiosity Shop, que estaba ensayando.
Un pequeño Stevie Wonder actuó en aquel club cuando tenía sólo 15 años. Su contrato estaba en exhibición en The Beatles Story.

Cuando Ringo Starr filmó un documental para Disney Channel llamado Going Home y visitó The Cavern Club, hizo un guiño a la cámara y dijo: «Esta será una agradable sorpresa para los muchachos», luego autografió dos cuadrados en la icónica pared del escenario que cuentan con el nombre de los Beatles y Rory Storm and the Hurricanes. No fue hasta seis meses más tarde cuando se estrenó la película que se supo que Ringo lo había hecho.
El restaurante y cadena hotelera Hard Rock Cafe posee la marca registrada del nombre «Cavern Club» en los Estados Unidos. Cuando el Hard Rock Cafe fue construido en Boston en 1991, incluyó una bodega tipo Cavern Club de ladrillo que era una reproducción del club de Liverpool, con un escenario para bandas locales. En 2006, el restaurante de Boston se mudó a una nueva ubicación, y aunque el nuevo restaurante todavía tiene un área para actuación a lo Cavern Club, no se parece a la bodega de Liverpool.
El poeta Roger McGough también mencionó el club en su poema Let Me Die A Youngman’s Death: «O cuando tenga 104 / y se me expulse de la Caverna / que mi amante / me atrape en la cama con su hija / y temiendo por su hijo / me corte en pedacitos y tire cada pedazo menos uno». Norwegian Cruise Lines tiene Cavern Club en dos de sus líneas, la Norwegian Bliss y la Norwegian Epic, que exhiben bandas tributo a los Beatles.
El impactante «club más famoso del planeta».

Alex McKechnie conversó con el reportero de entretenimiento de BBC News Ian Youngs. La Caverna estaba celebrando, entonces, el aniversario cincuenta con una serie de eventos de homenaje. Un documental sobre el primer concierto sería luego transmitido en ITV1. Alex tenía dieciséis años cuando estuvo entre la multitud en ese primer show y luego pasó a ser un habitual en el club. Sobre Cavern Club, él recordaba:
«Vi a The Beatles un par de veces en el extremo norte de Liverpool y estaba trabajando en el centro de Liverpool como mensajero en unas obras de impresión cuando escuché que estaban en la Caverna en una sesión de almuerzo».

«Recuerdo que estaba muy excitado. La música sonaba aún más emocionante (que en los conciertos anteriores) porque The Cavern era un pequeño espacio, por lo que la música sonaba un poco más fuerte, un poco más emocionante y un poco más vital. Entre 20 y 30 personas estaban allí».
«Los Beatles eran el paquete completo: no sólo tenían un gran cantante, tenían dos grandes cantantes. Siempre hacían armonía desde la primera vez que los vi».

«Probablemente sólo podían permitirse dos micrófonos, por lo que cuando uno actuaba como voz principal, los otros dos se paraban uno frente al otro en el micrófono, y era bastante carismático, era agradable mirarlos. Tenían una camaradería entre ellos».
«Por supuesto, cuando volví al trabajo solía detenerme, mirar por la ventana, pensando en los Beatles y las chicas de la Caverna. No podía concentrarme en hacer ningún trabajo».
Pienso que para que algo tenga trascendencia en la historia cultural de la Humanidad no tiene que estar en la lista de la UNESCO de los lugares que han sido declarados ser patrimonio de la Humanidad.

Hay cosas de la cultura popular que debían ser conservados a toda costa como herencia universal de lo que la gente ha hecho en la cultura a lo largo de los años de existencia de la civilización. Un lugar pequeño como Cavern Club marcó el comienzo de la carrera de la mejor banda del mundo en la cultura popular, que revolucionó y marcó pautas en la música contemporánea, en todo lo que siguió detrás de ella.

Ojalá parte del legado de los Beatles no desaparezca como ellos lo hicieron en la película Yesterday. Aún así, yo seré uno de aquellos tres que, entre todo la población del planeta, los recordara.
Esperemos que la maestría empresarial de la actual administración de Cavern Club rebase la crisis con éxito, o que, por carambola, una vacuna contra el coronavirus creada a tiempo salve la honrilla, porque los gobiernos pecan de financiar cosas más «importantes». Así que, ¿qué podrá esperarse para un pequeño espacio en una calle de una ciudad de un país de un continente de un hemisferio de un planeta?