«En realidad, todo está oscuro»: con motivo de la salida de The Dark Side of the Moon, una obra maestra de Pink Floyd.

Al decir de la revista Rolling Stone (RS), «existen álbumes de música, y existe The Dark Side of the Moon (El lado oscuro de la luna), la superlativa, adictiva sinfonía, y uno de los trabajos conceptuales más grandes de todos los tiempos», creación de Pink Floyd, la banda británica de rock psicodélico que se formó en Londres en 1965, por estudiantes, y que se convirtió en grupo líder en el estilo de rock progresivo. Este disco, el octavo trabajo del grupo, el cual se lanzó el 1o de marzo de 1973 por la Harvest Records, estuvo 937 semanas en la lista del Billboard 200. Fue grabado en los Abbey Road Studios de Londres en varias sesiones entre mayo de 1972 y enero de 1973, por el ingeniero de sonido de la casa productora, Alan Parsons, y el veterano productor Chris Thomas. El LD (larga duración) fue promovido con los sencillos Money y Us and Them

Concepción del disco

La portada, que representa la descomposición de la luz al pasar por un prisma —donde falta el azul oscuro—, fue creada por el diseñador gráfico británico George Hardie, con ayuda de Storm Thorgerson y Aubrey Powell de Hipgnosis —un grupo de diseño artístico londinense que se especializaba en las cubiertas de los discos de bandas y artistas del rock—, según la idea del tecladista Richard Wright de un diseño «simple y atrevido» que representara la luz de la banda y los temas grabados. David Gilmour le dijo a RS en una entrevista en 2003 que «cuando Storm nos mostró todas las ideas, con aquella —del prisma— no hubo ninguna duda. Esa era. Era una cubierta brillante». No obstante, una de las ideas originales a utilizar fue la del Silver Surfer de Marvel Comics.

El disco fue concebido acorde a las experimentaciones ya hechas por Pink Floyd en conciertos en vivo, mas carece de los largos instrumentales que, al decir de David Fricke, se habían convertido en la característica de esta banda de rock tras la salida de Syd Barrett en 1968. De hecho, las canciones en el concierto fueron tocadas en el mismo orden en el que aparecieron un año después en el producto final.  La premier se hizo bajo el nombre provisional de Dark Side of the Moon: A Piece for Assorted Lunatics en el Brighton Dome el 20 de enero de 1972, y a pesar de que tuvieron que acortarlo por lo que Roger Waters calificó de «un severo horror mecánico y eléctrico», la banda continuó tocando el ciclo entero de canciones en los conciertos sucesivos, así puliendo las canciones y las transiciones entre ellas.

Wright dijo sobre este disco: «Creo que cada álbum (anterior) fue un paso hacia Dark Side of the Moon. Estábamos todo el tiempo aprendiendo sobre las técnicas de grabación y nuestras letras estaban mejorando». En verdad, al final de los 70, después de este disco, se estableció un estándar de trabajo en estudio y de innovación musical.  Las canciones del disco salieron antes que el mismo, en conciertos en vivo hechos por la banda, según el concepto presentado por Waters para su gira de 1971, lo cual contradice en parte la idea de Gilmour de cómo escuchar este disco: en un cuarto cerrado, semioscuro, con toda tranquilidad y los audífonos puestos. Las canciones quedaron —para el disco— casi idénticas a las interpretadas en vivo, excepto por la sustitución de The Travel Sequence —idea original— por On the Run, debido a la preferencia que sintieron Waters y Gilmour por utilizar su nuevo sintetizador EMS Synthi AKS.

La canción se inspiró en el miedo de Wright a volar. «Habían infinitas, interesantes posibilidades con ese pequeño artefacto. Nosotros siempre nos consideramos ser un poquito electrónicos. Siempre tuve obsesión con encontrar sonidos que pudieran llevar algo a la tercera dimensión», le dijo Gilmour a RS.

Sus temas, que representan las reflexiones muy personales de Roger Waters acerca de la locura de la vida diaria expresadas con precisión melódica, tienen significación genuina. Hay temas sobre la riqueza (Money), los conflictos armados (Us and Them), la locura (Brain Damage), las existencias desperdiciadas (Time), y la muerte (The Great Gig in the Sky). Según las palabras de Waters a RS en 2011: «Dark Side fue el primer disco (de Pink Floyd) genuinamente temático y sobre algo». Billy Corgan, de Smashing Pumpinks, declaró una vez: «Puedes proyectar una grabación conceptual en Sgt. Pepper —de The Beatles—o en Pet Sounds —de Beach Boys— que no esté, en realidad, allí. Dark Side es un disco conceptual. Tiene una narración: principio, mitad, y final. Va hacia un lugar y tiene sentido. No hay ni una onza de desperdicio en esa cosa. No se puede crear ese tipo de perfección; es una cuestión de sincronismo». Artistas como Radiohead y Flaming Lips, que han sido profundamente influenciados por este álbum, atestiguan que su música y sus letras se mantienen aún hermosas hoy en día.

El disco tiene mayor semejanza con la cara B del Abbey Road de The Beatles que con cualquier otra cosa hecha por Pink Floyd con anterioridad. Waters dijo: «Honestamente, pensábamos que The Beatles eran demasiado buenos para competir contra ellos. Sgt. Pepper fue otro álbum sin fallos; quizás ese estándar tan alto haya sido motivo de aliento». La banda grabó todas las diez canciones en la misma cinta maestra de dieciséis pistas, lo cual era muy inusual en aquella época. Alan Parsons, quien ganó reputación con el álbum antes de tener éxito con su Alan Parsons Project, recordaba: «La manera en que una canción fluía hacia la siguiente fue una parte muy importante dentro de la concepción general».

The Dark Side of the Moon fue el primer álbum de este grupo en el que Roger Waters escribió todas las canciones, al que seguirían otros posteriores. Además de apegarse a un concepto coherente, Waters deseaba presentar en Dark Side canciones más lúcidas y directas que las escritas con anterioridad por la banda. Al respecto, él le dijo a Mark Blake para su Comfortably Numb – The Inside Story of Pink Floyd: «Esa fue siempre mi gran pelea dentro de Pink Floyd: intentar arrastrarlos, pateando y gritando desde los límites del espacio, lejos del encaprichamiento en el que Syd estaba —Barrett, el líder original de la banda, había escrito la mayoría del material para Piper(at the Gates of Dawn)—, hacia mis propias preocupaciones, que eran más políticas y filosóficas».

En lugar del nombre con el cual terminó, este LD estuvo a punto de llamarse Eclipse. La banda tenía la intención de ponerle el título que finalmente se le dio en referencia no al satélite terrestre, sino a la locura. Sin embargo, decidieron cambiar a Eclipse toda vez que el grupo británico Medicine Head sacó un álbum con ese mismo título en 1972. Gilmour le dijo a la revista Sounds: «No estábamos molestos con Medicine Head, sino por el hecho que ya se nos había ocurrido el nombre antes que ellos sacaran el disco». La oportunidad para Pink Floyd de retornar a la idea original se la dio el fracaso comercial del disco de Medicine Head, el cual terminó en el olvido.

Y a propósito de «eclipse», Dark Side carecía de final hasta que Waters llegó un día con la canción Eclipse, una corta, pero muy poderosa letanía. Gilmour recordaba: «Trabajamos duro para estructurarla y añadirle armonías que se unieran a medida que la canción avanzara. Porque no hay nada allí: ni coros, ni medios ocho —un tipo de puente en teoría musical—; solamente una lista y ya. Así que, cada cuatro líneas, hacíamos algo diferente».  

La canción Money, el primer éxito de Pink Floyd que entró al Top 20 en los Estados Unidos, y en el número 13 en la lista del Billboard Hot 100 en julio de 1973, estuvo influenciada por Booker T and the MGs, aun siendo la más rockera del disco. Incluye un potentísimo solo de saxofón ejecutado por Dick Parry, y una combinación de sonidos de cajas registradoras y monedas. A pesar de que la canción enmascara las raíces del Rhythm & Blues de Memphis de Booker T and the MGs, Gilmour opinaba que ellas estaban allí. «Era un gran aficionado de Booker T. Tenía el álbum Green Onions cuando era adolescente. En la banda anterior en la que estuve, pasábamos de Beatles y Beach Boys a Stax y los ritmos de soul. En el escenario tocábamos Green Onions», recordaba Gilmour.  

La canción Money, el primer éxito de Pink Floyd que entró al Top 20 en los Estados Unidos, y en el número 13 en la lista del Billboard Hot 100 en julio de 1973

Para enlazar las canciones en la producción, a Roger Waters se le ocurrió grabar las entrevistas que le hicieron a miembros de la casa Abbey Road, del equipo de apoyo, y cualquier otra persona trabajando en el estudio, acorde a preguntas impresas en tarjetas que oscilaban entre la banalidad —como decir la comida o los colores favoritos— hasta cuestiones profundas relacionadas con la locura y la muerte. Algunas de esas respuestas fueron a dar a las pistas finales del álbum. Paul McCartney, quien estaba terminando con Wings el disco Red Rose Speedway en Abbey Road, también fue entrevistado, pero sus respuestas no pasaron el corte pues, a decir de Waters, «fue la única persona que consideró necesario que debía “actuar” al contestar, algo totalmente innecesario, por supuesto. Él intentó ser gracioso, lo cual no era lo que nosotros buscábamos». No obstante, algo de parte tomó, al fin y al cabo, en el disco: si se escucha con atención hacia el final de Eclipse, la pista que cierra, se puede notar un pasaje de una versión orquestal de Ticket to Ride de Beatles. Al parecer, la canción estaba sonando en el estudio mientras se grababan las respuestas del portero de la casa productora Gerry O’Driscoll, el mismo, por cierto, cuyas palabras suenan en lo que el disco concluye con el mismo latido de corazón con que comienza.  

La canción Us and Them, el segundo sencillo que salió de Dark Side —Money fue el primero—, un éxito menor en EUA y Canadá, vio la luz en 1969 a manera de un adorable instrumental de piano bajo el título The Violent Sequence, el cual fue escrito por Wright y Waters para incluirlo en la banda sonora de la película de Michelangelo Antonioni Zabriskie Point. Incluso cuando el director italiano incluyó tres grabaciones de Pink Floyd —Heart Beat, Pig Meat; Crumbling Land; y Come in Number 51, Your Time Is Up—, rechazó The Violent Sequence por inapropiada para el filme. En una entrevista dada para Classic Albums: The Making of Dark Side of the Moon, Waters recordaba que Antonioni había dicho: «Es hermoso, pero muy triste. ¡Me hace recordar a una iglesia!» Más de dos años después, la banda volvió a trabajar en el demo de la canción y la convirtió en una meditación acerca de la guerra y la pobreza.

Un éxito rotundo y hasta influencia

Este álbum fue el primero de Pink Floyd en entrar a la lista de los US Top 40, pues los anteriores trabajos del grupo habían logrado muy pobre recibimiento en los Estados Unidos; antes que Dark Side, el único éxito de la banda en ese país había sido Obscured by Clouds, de la banda sonora del filme francés La Vallée, que llegó al número 46 en el Billboard 200 del verano de 1972. Waters le dijo a RS en 2003: «(Dark Side) Ascendió en las listas de Estados Unidos muy rápidamente. Nosotros andábamos de gira por la Unión cuando eso estaba sucediendo. Como era obvio, se iba a convertir en un gran disco, sobre todo después que las emisoras de radio en AM y FM adoptaron Money».

Se convirtió, asimismo, en el disco más vendido de la banda, con ventas superiores a las 45 millones de copias, y el que le agenció al grupo una masividad de seguidores no antes lograda, que ahora lo conocían por el exitazo, pero no por la sensibilidad que había llevado a tal creación, algo para lo cual los miembros de Pink Floyd no estaban preparados, y puede verse en estas declaraciones de David Gilmour hechas a Fricke en 1982: «Estábamos acostumbrados a una audiencia que permitía oír hasta la caída de un alfiler. Intentábamos estar bien callados, sobre todo al comienzo de (la canción) Echoes o cualquier otra con tonos tintineantes para crear una buena atmósfera, y allí estaban todos aquellos muchachos gritando: Money!».

El éxito del álbum influyó, parcialmente, en la existencia de la brillante y absurda comedia cinematográfica Monty Python and the Holy Grail. Los miembros de Pink Floyd eran tan fanáticos de la serie televisiva Monty Python’s Flying Circus, que Alan Parsons aprovechaba las interrupciones que hacía la banda para ver el show de la BBC2 para dedicarse a experimentar con las diferentes mezclas y efectos de sonido en el estudio. Así que, Pink Floyd —entre otras ricas celebridades de la música rock, como Elton John y Led Zeppelin— contribuyó a financiar la película en el momento que estos cómicos británicos estaban en serias dificultades con la recaudación de dinero para el filme.

Este álbum recibió una sola nominación al Grammy, y fue por la producción. Por tanto, la única persona laureada por este monumental trabajo musical fue Alan Parsons, el productor, quien —hay que reconocerlo— hizo una labor titánica en la era que se usaban cintas y se producía con «corta y pega». Parsons fue responsable por las mezclas cuadrafónicas e hizo otras contribuciones en los sonidos, como el famoso preámbulo de Time, en el cual se escucha sonar a muchos relojes distintos. La grabación la hizo el mismo Alan en una relojería local para demostrarle al grupo la conveniencia de usar las citadas mezclas.

La voz mágica detrás de The Great Gig in the Sky

Un aparte merece, en mi opinión, The Big Gig in the Sky —sobre la vida y el inevitable descenso a la muerte—, debido a la electrizante contribución de Clare Torry en la vocalización. El concepto de esta canción comenzó con unos acordes que tocaba Wright, y David o Roger decidió incluirlos en las pistas de grabación. La banda tenía la idea de un instrumental con la vocalización de una mujer, por lo que Alan propuso se utilizara la voz de Clare Torry, una cantante británica.

Cuando ella llegó al estudio, nadie —entiéndase Clare y Pink Floyd— tenía idea de qué debía hacerse, así que, después de escuchar la grabación de fondo, Torry comenzó a improvisar una serie de «Oh, baby, baby, oh, yeah, yeah», pero, como se mencionó anteriormente, el grupo no quería incluir palabras. David Gilmour, entonces, se acercó a Torry para darle algunas instrucciones sobre lo que debía hacerse con la voz. Finalmente, la cantante pensó «que debía emplearla como un instrumento más». Así fue que, antes de comenzar, le pidió a Alan que arrancara a grabar enseguida, pues «la primera toma es la más espontánea», y se hicieron solamente dos, tras lo cual Clare se fue del estudio sin saber qué pensaban los miembros de Pink Floyd sobre su canto, pues no le dieron ninguna opinión. Tiempo después, y por casualidad, Torry escuchó su voz proveniente de un disco que alguien escuchaba en su barrio. Al averiguar, leyó su nombre como la voz de la arriba mencionada canción en el álbum de Pink Floyd The Dark Side of the Moon; la banda había quedado impresionada con el trabajo vocal de Torry y lo había incluido en el producto final. Esta anécdota la hizo la cantante inglesa en una entrevista. En 2004, Torry demandó al grupo y a la compañía de grabación por no recibir regalías como coautora de la canción, la cual ganó. A partir de entonces, los discos vendidos llevan su nombre como coautora de The Big Gig in the Sky. En 1990, Torry fue invitada a cantar en un concierto en vivo de Pink Floyd.

The Great Gig in the Sky: Una maravilla de la vocalización.

El lado oscuro de «el lado oscuro»

Magnífico y todo, la concepción y grabación del álbum tuvo su «lado oscuro» también. Una de las cosas fue lo que le hicieron a Clare Torry. Otra, es que los miembros, sobre todo después de la ruptura, reclaman haber tenido diferente nivel de participación en el trabajo como, por ejemplo, quién había aportado más en el concepto del disco durante aquella reunión en casa de Nick Mason. Roger Waters recordaba haber llegado allí con la idea de escribir una serie de canciones interconectadas sobre la vida bajo presión que ellos, como músicos, conocían, mientras Mason opinaba que la idea había sido desarrollada en colectivo.

Gilmour dijo sobre las letras: «Nunca me he calificado muy alto en el departamento de composición (de letras), y Roger quería hacerlo, lo cual fue un alivio. Sin embargo, incluso cuando él era el compositor y la fuerza pujante, no quería decir que estuviese totalmente a cargo de la dirección musical. Así que siempre hubo un poco de tensión en ese tipo de áreas». Aunque la responsabilidad de las letras se aceptó dársela a Waters, esto plantó la manzana de la discordia que llevó a este a dejar el grupo tiempo después.

Ser el vocalista principal y la guitarra prima en la banda, le dio primacía a Gilmour en el disco, a pesar de que su participación en componer letras fue pobre. Waters, por tanto, se limitó a cantar en las últimas dos canciones. Él dijo sobre esto: «Recuerdo que me pinchaban para hacerme sentir mal. David y Rick —Richard Wright— se esforzaban por señalarme que no sabía cantar o no tenía oído para las melodías, y se ponían con esa chorrada de que Rick tenía que afinarme el bajo».

Según RS, The Dark Side of the Moon, que sació la urgencia de Pink Floyd de salir bajo la sombra de su líder Syd Barrett —quien tuvo que ser internado por demencia—, tiene todo lo que pudiera desearse de una obra de rock progresivo: grandes melodías, experimentos y mezcla de sonidos con rasgadas sinapsis de sintetizadores, musicalidad intrincada, sonido de estudio que es una obra de arte, y letras en un estilo John LennonThom Yorke como (estrofas de Brain Damage):

The lunatic is on the grass El loco está (sentado) en el césped

Remembering games and daisy Recordando los juegos, y las cadenetas

chains and laughs de margaritas, y las risas

Got to keep the loonies on the path Hay que mantener a los locos en su curso

The Dark Side of the Moon fue una terrorífica representación de enfermedad mental, los excesos del capitalismo y una humillante evaluación del sistema clasista británico. Como obra, «un álbum que fluye cual si fuese una sola canción».

Y el que siempre he dicho ser uno de los mejores discos de la historia de la música…, y el que más me gusta de Pink Floyd, una de mis bandas preferidas.

(A la derecha: Un afiche en conmemoración al 30 aniversario del lanzamiento del álbum).

Publicado por jmhernandezgonzalez

Cubano por nacimiento y corazón. Amigo de quien se lo merece, porque nada comparable con el amor a la familia como la lealtad a un buen amigo. ¿Escritor? Solamente sé que escribir para mí es más que multiplicarme en la inmensidad del tiempo y el espacio dando campanazos de imaginación.

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