
Ha salido un artículo que lo corrobora. El Doctor Ben Hottel, jefe de servicios técnicos de Orkin, LLC: «Se ha documentado bien que algunos individuos son preferidos por los mosquitos más que otros».
El mosquito hembra es quien se alimenta del ser humano, «para adquirir la cantidad de proteína que necesitan para incubar», ha dicho el entomólogo Doctor Roberto M. Pereira, un investigador de la Universidad de la Florida. Los machos no pican a las personas, pues se alimentan del néctar de las flores (lo cual, por cierto, también hacen las hembras; son así de glotonas).
Los mosquitos tienen la habilidad de oler el dióxido de carbono, que se expulsa durante la respiración, y sienten la humedad que es también parte de lo que se exhala, explica el doctor Edward Walker, profesor de entomología en la Michigan State University.
La razón por la cual los mosquitos se sienten atraídos por ciertas personas más que otras no se ha explicado en totalidad, aunque hay ciertas teorías basadas en muchos estudios:

Sudar copiosamente:
A los mosquitos les gusta el ácido láctico, un compuesto orgánico que se produce en la piel y otras partes del cuerpo, por lo que han desarrollado receptores especializados en detectarlo. Hay personas que producen este ácido más que otras, atrayendo así a los mosquitos. De cualquier manera, cuando se suda se tiende a secretar más de ese ácido.

Apestar después de mucho sudar:
En buen cubano: «si el grajo está en candela».
Además de lo mencionado arriba, los mosquitos se sienten atraídos por ciertos olores corporales, que se desprenden del cuerpo tras haber ingerido ciertas comidas o haber sudado mucho, según opina la Doctora Nancy Troyano, entomóloga y directora de operaciones, educación y entrenamiento del Ehrlich Pest Control.
También las bacterias en la piel ayudan en este sentido.
Quemar mucha energía:
El metabolismo basal —el valor mínimo de energía necesaria para que la célula subsista— se mide por la cantidad de dióxido de carbono que el cuerpo libera al quemar energía. Si una persona lo tiene alto, desprende más de ese carbono y, por consiguiente, atrae más a los mosquitos durante el proceso. Este valor puede subir durante el embarazo, por gordura, al beber alcohol o al ejercitarse.

El tipo de sangre:
Hay evidencia que los mosquitos prefieren la sangre tipo O que las A y B.
Un estudio publicado en el Journal of Medical Entomology reveló que los mosquitos atacan a personas con sangre tipo O en el 83% del tiempo, en tanto lo hacen en un 46.5% con las de tipo A.
Nada, que la sangre O no solamente les gusta a los «Vampiros en la Habana».
Uso de perfume o colonia:
Por su relación con las flores. Si se usa un perfume o colonia huele como a alguna de ellas, lo más probable es que el mosquito se sienta atraído.
Por tanto, se recomienda no usar o usar muy poca loción si se va a estar a la intemperie por largo tiempo, y observar la composición de los productos para la piel.
Llevar ropa oscura:
La Doctora Troyano indica que «los mosquitos utilizan en parte su visión para localizar a sus víctimas, y la ropa oscura les posibilita eso». Pereira añade que «es una cuestión de contraste: si se viste ropa oscura que contraste contra un fondo claro como el cielo o el césped, uno se convierte en un objetivo más fácil».
Esto, de noche, es menos probable.
Pues, ya lo saben. A usar técnicas que impidan al maldito mosquito convertirnos en comida para sus bebés. Aunque dicen que «la yerba que está pa’ uno, no hay chivo que se la quite».
¿Qué ustedes creen?