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La selección de los científicos
Muchos intelectuales alemanes, de quienes se burlaban antes de la guerra, fueron enviados a realizar tareas ordinarias con el ejército alemán en el Este. Tras el fracaso de la invasión alemana a la Unión Soviética —con la «Operación Barbarroja»—, la posición estratégica de Alemania estaba en desventaja ya que las industrias militares alemanas no estaban preparadas para una guerra prolongada. La guerra relámpago, el blitzkrieg nazi, contra la URSS no funcionó, y fue necesario movilizar todas las reservas, incluidas las científicas.
La fallida conquista había agotado los recursos alemanes, y su complejo militar-industrial no estaba preparado para defender el Gran Reich Alemán contra el contraataque hacia el oeste del Ejército Rojo.
El valor de los especialistas se hizo evidente, y Alemania comenzó los esfuerzos en la primavera de 1943 para retirar a los científicos y al personal ingeniero y técnico de las unidades de combate a lugares donde sus habilidades pudieran usarse en investigación y desarrollo; los especialistas volvieron del frente a fin de mejorar la capacidad de defensa alemana para una guerra prolongada contra la URSS.
Alrededor de 4.000 científicos fueron devueltos al Centro de Investigación del Ejército Alemán de la costa báltica Peenemünde, donde se desarrollaba el Vergeltungswaffe, el «arma de represalia» alemana: el cohete V-2.





Izquierda, arriba: localización del centro en Alemania; debajo: una foto aérea tomada por un avión de reconocimiento de la RAF que muestra el sitio de prueba VII. Centro, arriba: un lanzamiento de prueba de un cohete V-2; debajo: Londres tras un bombardeo nazi coin V-2. Derecha: Peenemünde convertido en museo.
Werner Osenberg, un ingeniero-científico de la Universidad de Hannover, jefe de la Wehrforschungsgemeinschaft —Asociación de Investigación de Defensa—, registró los nombres de los hombres políticamente autorizados en su «Lista Osenberg», restableciéndolos así al trabajo científico después de ser persuadidos para cumplir con la posición política del régimen.


Werner Osenberg y la Universidad de Hannover.
Muchos de ellos eran antiguos miembros, y algunos eran antiguos líderes, del coloquialmente conocido como Partido Nazi, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, abreviado como NSDAP por Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei.



Una fuente cita que, en marzo de 1945, un técnico de laboratorio polaco encontró esta lista incompleta, parcialmente triturada y apiñada en el inodoro de un baño de la Universidad de Bonn (en la foto).

Fue enviada a través del MI6 (su sede en la foto) del Reino Unido a los estadounidenses, quienes la utilizaron como base para identificar a los especialistas alemanes a ser entrevistados después de la guerra.
Al Mayor Robert B. Staver, jefe de la Sección de Propulsión a Chorro de la Rama de Investigación e Inteligencia del Cuerpo de Artillería del Ejército de los Estados Unidos en Londres, le sirvió para compilar su «Lista Negra» de científicos a ser interrogados, cuyo primer lugar lo ocupaba Wernher von Braun, especialista en cohetería.
Se cita que la intención original del Mayor era solo entrevistar a los científicos, porque los estadounidenses solo querían determinar qué avances técnicos y científicos se habían hecho durante la guerra, pero lo que aprendió en el proceso cambió el propósito de la operación.
De hecho, en la tesis de Allison Eldridge-Nelson «Velo de protección: Operación Paperclip y los destinos contrastantes de Wernher von Braun y Arthur Rudolph» —original en inglés Veil Of Protection: Operation Paperclip And The Contrasting Fates Of Wernher Von Braun And Arthur Rudolph—, presentada al Graduate College of Bowling Green State University en cumplimiento parcial de los requisitos para el grado de Master Of Arts en diciembre del 2017, y publicada en etd.ohiolink.edu, la ponente explica que:
«El “Proyecto Paperclip” fue una creación de (…) Staver, quien, desde el principio, ignoró la moralidad inherente a la inmigración de excientíficos nazis a Estados Unidos. Al encontrarse con el desacuerdo de otros funcionarios del gobierno, respondió: «La importancia científica futura supera su actual culpabilidad en la guerra»».
Cambiando el foco para arrojar más luz
En la muy interesante tesis de maestría de la División de Educación Continua de la Universidad de Harvard —original en inglés: Harvard University Division of Continuing Education— presentada por William J. Camarda en mayo 2021 con el título «El examen previo y sus alternativas: la provisión y la experiencia de alivio discrecional para ciertos inmigrantes no autorizados a los Estados Unidos, 1935–1959» —original en inglés: Preexamination and Its Alternatives: The Provision and Experience of Discretionary Relief for Certain Unauthorized Immigrants to the U.S., 1935–1959—, y publicada en dash.harvard.edu, se explica que en febrero de 1935, la Secretaria de Trabajo de los Estados Unidos, Frances Perkins, y el comisionado de Inmigración y Naturalización, Daniel W. MacCormack, introdujeron una nueva forma de alivio discrecional para los extranjeros que buscaban establecer la residencia legal permanente.



De izquierda a derecha: Universidad de Harvard, Frances Perkins, y MacCormack.
(hay una reseña biográfica de MacCormack en el punto 4 del Apéndice 2; usa este enlace: https://wordpress.com/post/elabrevaderojm.com/8668)
A menudo, estos extranjeros estaban en riesgo inminente o potencial de deportación porque residían dentro de los Estados Unidos sin autorización.
El procedimiento de Perkins y MacCormack, «el examen o la examinación previos», permitió a las personas obtener estatus legal al solicitar primero una revisión del INS de los Estados Unidos dentro de este país.
Si los agentes del INS —Immigration and Naturalization Service; en español «Servicio de Inmigración y Naturalización»— otorgaran un alivio discrecional, y una revisión preliminar del documento por parte de un consulado de los Estados Unidos en un país adyacente —Canadá, por lo general— no expusiera obstáculos, el inmigrante sería invitado a visitar el consulado de los Estados Unidos.
Si el cónsul otorgaba una visa —como normalmente ocurría—, el inmigrante podía regresar, permanecer legalmente y buscar la ciudadanía si así lo deseaba. Incluso si se denegaba una visa, Estados Unidos prometió a Canadá que permitiría que el inmigrante —aún no autorizado— fuera «puesto en libertad condicional» de regreso a los Estados Unidos y volviera a ingresar.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el examen previo, considerado durante mucho tiempo como un recurso para ofrecer misericordia en casos difíciles, también se convirtió en una solución de último recurso para un problema significativo de la política internacional y nacional.
En marzo de 1944, el presidente Roosevelt había autorizado la creación del Albergue de emergencia para refugiados de Fort Ontario en Oswego, estado de Nueva York: el único campo de refugiados de la Segunda Guerra Mundial en suelo estadounidense.




A principios de agosto, casi 1.000 personas llegaron a este campo, seleccionadas de campos de refugiados en toda Italia: ciudadanos yugoslavos, austriacos y polacos; casi el 90% eran judíos. Una vez allí, fueron retenidos detrás de la cerca de alambre de púas del campamento.
La administración de Roosevelt se resistió a los intentos de permitir que estos refugiados inmigraran, o que «se pusieran en libertad condicional» a algunos para que vivieran con sus parientes estadounidenses.
Esta resistencia surgió no solo por parte de funcionarios notoriamente antirrefugiados como Samuel Miller Breckenridge Long del Departamento de Estado, sino también de figuras menos antipáticas como Henry Morgenthau (hijo) y Harold LeClair Ickes.




Otro detractor, el senador republicano de Ohio, John William Bricker (en la foto), alegó que Roosevelt tergiversó la identidad de los refugiados como esencialmente mujeres y niños cuando muchos resultaron ser hombres, «escritores, abogados, artistas e intelectuales», o sea, potenciales alborotadores.

A algunos políticos les preocupaba que permitirles a los refugiados de Fort Ontario que se quedaran alentaría a los restrictivos como el senador (en la foto) Robert Rice Reynolds —apasionado aislacionista y apologista de la agresión nazi en Europa—, quien los veía como la «punta de lanza» de una invasión masiva: miles de personas más empobrecidas, mal educadas y desproporcionadamente judías que durante mucho tiempo habían tratado de excluir.
El Departamento de Guerra había dictaminado en julio de 1945 que ninguna persona desplazada «sería obligada a regresar a su antiguo domicilio, excepto para ser juzgada por un delito penal».
La Administración de las Naciones Unidas para el Auxilio y la Rehabilitación—siglas en inglés UNRRA por The United Nations Relief and Rehabilitation Administration— también se opuso a la repatriación forzosa.
A medida que aumentaban las tensiones entre Estados Unidos y su antiguo aliado, la Unión Soviética, los extranjeros observaban para ver si Estados Unidos cumplía con los estándares internacionales emergentes. ¿Evitaría las repatriaciones forzosas y aceptaría una cantidad justa de los refugiados desplazados, o no?
Finalmente, en diciembre, Truman decidió ofrecer un examen previo a los residentes del campamento, aceptando una «declaración jurada corporativa» de las organizaciones de bienestar que garantizaba que ninguno se convertiría en cargo público.
A estas personas se les permitió cruzar la frontera a un consulado de los Estados Unidos en las Cataratas del Niágara, Canadá, donde recibieron visas y volvieron a ingresar como residentes legales permanentes.
Una vez más, los restrictivos argumentaron que el examen previo era injusto para quienes buscaban con paciencia las trabas que debían eliminar. Con ello, trataron de dividir a los «buenos inmigrantes» abstractos que no estaban aquí —porque seguían las reglas— de otros inmigrantes —presumiblemente menos deseables— que realmente estaban aquí, porque las reglas se habían roto en su nombre.
¿Cómo valoramos, entonces, lo que se hizo con los nazis? ¿Tenían más derecho que los inmigrantes arriba mencionados a que las reglas se violaran en su beneficio?
A propósito de este cuestionamiento de mi autoría, de la interesante tesis de Eldridge-Nelson sacamos información para arrojar aún más luz sobre la política inconexa con la que se fraguó esta operación.
La «Operación Paperclip» comenzó como una misión con una noción concebida apresuradamente de una directiva política para importar científicos de Alemania a los Estados Unidos. La implementación apresurada de Paperclip formó una política de inmigración extraordinaria diseñada para satisfacer las preocupaciones planteadas al otorgar la ciudadanía estadounidense a los exnazis.
Para deconstruir mejor esta política, Eldridge-Nelson aplicó el modelo de «Ciclo de Políticas» de seis partes postulado por los politólogos Garry Brewer y Peter DeLeon, que son: establecimiento o inicio de la agenda, estimación, selección, implementación, evaluación y la posibilidad de terminación.


Para determinar los diversos pasos desorganizados que condujeron a Paperclip, primero se debe definir cada etapa de la política.
La primera etapa, el establecimiento de la agenda, es la identificación del contexto que rodea un tema, así como la determinación de metas y objetivos, y posibles alternativas. El establecimiento de la agenda es esencialmente una lista de preocupaciones o problemas que los funcionarios gubernamentales y las personas fuera del sector gubernamental se dedican a evaluar en un momento dado.
Según Brewer y DeLeon, la etapa de estimación lleva a cabo el trabajo realizado durante el establecimiento de la agenda. La determinación de todos los costos y beneficios probables de las decisiones tomadas está destinada a «reducir las incertidumbres sobre las posibles opciones en la mayor medida posible».
Durante la etapa de selección, se toma una opción de política entre las alternativas que ya han sido evaluadas.
Se otorga un peso significativo a la etapa de implementación, y los autores argumentan que una implementación débil de la política podría muy bien invalidar las etapas anteriores, lo que exacerbaría el problema original.
La evaluación, una segunda etapa analítica, produce análisis del programa u operaciones para determinar si están produciendo los resultados deseados.
Finalmente, la etapa de terminación del ciclo de políticas se reserva para el posible ajuste de políticas y programas que «se han vuelto disfuncionales, redundantes, anticuados, innecesarios o incluso contraproducentes». La terminación no es necesariamente el final de un programa, sino una reevaluación de la política para determinar si debe ser reemplazada por principios nuevos y mejorados.
La política de inmigración no lineal y descentralizada de Paperclip se llevó a cabo a través de cada etapa del proceso de política, lo que resultó en el descuido de las implicaciones morales. La política científica no es ni puede ser una investigación libre de valores, pero en algunos casos específicos los responsables de la formulación de políticas manipulan deliberadamente estos estándares para obtener ciertos resultados deseados.
Uno de esos casos es la política que condujo e inició la «Operación Paperclip».
En el modelo de política de Brewer y DeLeon, la agenda pública incluye los temas que la población en general considera más importantes, y la agenda institucional se construye a partir de las propuestas que pasan por la etapa inicial de planificación.
Para la política de Paperclip, estas dos agendas eran una misma. Este es el primer caso en que la política de Paperclip se desarrolló demasiado rápido en su planificación, lo que hace necesario retroceder más adelante en su implementación.
El inicio de la «Operación Overcast» ya había determinado que la transferencia de reparaciones tecnológicas alemanas en forma de científicos valía la pena el riesgo de ir en contra del Protocolo de Londres al explotar el territorio controlado por los soviéticos.


De acuerdo con Map-Germany-1947-2, así quedó dividida Alemania entre los Aliados (sin Francia) por el Protocolo de Londres de 1944: a la izquierda, acorde a EAC 1 —European Advisory Commission, o Comisión Consultiva Europea—; a la derecha, según el suplemento EAC 2.
Overcast se inició originalmente para obtener información de los científicos alemanes, pero una vez que el ejército estadounidense se dio cuenta del valor de los técnicos, Paperclip fue necesaria para su inmigración a los Estados Unidos.
El apoyo al proyecto fue tan abrumador por parte de aquellos en los Departamentos de Estado y de Guerra que no se consideraron seriamente otras opciones sobre cómo manejar la política de inmigración.
Para construir una base política sólida, según Brewer y DeLeon, es necesario proporcionar alternativas a la idea dominante propuesta. En ninguna parte del ciclo de políticas de Paperclip se presentaron otras posibilidades, por lo tanto, no se pudo realizar una evaluación exhaustiva de las consecuencias.
Si hasta aquí, amigo lector, usted cree que esto es tremendo despelote, prepárese para lo que viene, que todavía hay tela por donde cortar.
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